Continuando con las políticas de descentralización que se vienen dando en la ciudad en los últimos años, y tomando como base el programa del concurso para la Biblioteca del Bicentenario que se construirá frente al Distrito Sur de la ciudad Rosario, este ejercicio plantea a la inserción de una Biblioteca (mas pequeña que la del Bicentenario) en las cercanías de cada uno de los Distritos restantes.
El programa contaba con aproximadamente 5000 m2, que incluía salas de lecturas, hemerotecas, audiovisuales, bares y salas de proyección. En particular, nosotras elegimos trabajar en un terreno cercano al Distrito Sudoeste, donde aún están las tres chimeneas de Acindar, que dan otra escala al sector, en contraposición a las casas de baja altura.
Al trabajar con las primeras maquetas de escala barrial, comprendíamos que el proyecto tenía que tener cierta altura que se articulase con las viviendas y las torres, así que nuestra primera intuición fue la de trabajar con un apilamiento de volúmenes (casi literalmente un apilamiento de libros), que luego abandonó esa literalidad y empezó a ser un apilamiento de espacios, que permitiera vinculaciones en vertical entre los espacios y un juego de sombras y luces cambiantes en cada nivel.
Como estos juegos espaciales generaban ciertas complejidades en el interior, trabajamos con un exterior austero, un volumen puro, recubierto por una piel translucida, que permitiera el ingreso de aire y generara sombras en las diferentes épocas del año, pudiendo dejarse las salas de lectura totalmente abiertas.
A este exterior simple y monocromático lo contrastamos con el diseño del parque exterior, con árboles que florecieran en diferentes épocas del año, con colores variados, que incorporaran un grado de inestabilidad a la propuesta.
El proyecto se desarrollo durante el Segundo Cuatrimestre de Proyecto Arquitectónico I. Mi compañera de trabajo fue Lucia Laus y nuestro docente era el Arq. Nicolas Campodonico.
Esta fue nuestra entrega final:
Y dejo algunas imágenes:
Cursar Proyecto Arquitectónico I fue realmente un placer, tuve la suerte de tener dos docentes excelentes, con los que aprendí muchísimo, ademas, como en el taller no eramos muchos alumnos (54) uno podía escuchar las correcciones de todos los compañeros, o darse una vuelta y escuchar alguna corrección de otro docente (en especial las de caqui, que son todo un show - siempre que lo veas desde afuera). En Proyecto I, los docentes te enseñan a buscar la idea que rige tu proyecto, su alma, y defenderla y no perderla de vista.
Uno a veces se marea con las criticas, sobre todo cuando vienen de personas que te dicen todas cosas diferentes, pero justamente uno tiene que saber lo que quiere y no dejarse llevar por la desesperación del aprobado.
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